Silence...

No tenía muchas ganas de pasear, así que me apoyé en una barandilla.
Me quedé mirando el cielo, pensativo. Ahora mismo estaba a plena luz del día, y estaba algo molesto, pero... No tenía ganas de volver al infierno.

*Espada a la espalda y un dolor de cabeza enorme, voy caminando confuso por las calles de esa extraña ciudad*

Empiezo a olisquear algo, y me percato de una presencia.
Sacudo la cabeza. Había mucha gente, era totalmente lógico que sintiera eso.
Lo que me extrañaba es que me había llamado un poco la atención, pero decidí pasar.

-Ah...- se me nubla la vista y me mareo un poco, tropiezo, aun no se ni dónde estoy

Me quedo mirando un cuerpo que había caido. Me acerco a él.
-¿Te sucede algo? -Digo con tono indiferente.

*Me levanto tranquilamente*

- No, no se preocupe, tan solo tropecé- digo tranquilamente aun algo confuso

Sonrio con falsa simpatía.
-Si necesita ayuda... quizás podría echarle una mano. -Le tendí la mía.

*Noto cierta falsedad en sus palabras y desconfío*

- Vale- digo simplemente y le miro receloso, aun desconfíado

Parpadeo mi ojo.
-¿Qué te ha pasado?

-Nada-- digo, la persona no parece de fíar, pero tampoco es necesario que desenvaine mi espada

Empiezo a reir.
-Vaya. -Me incorporo. -Ya veo. Eres un tanto torpe.

-Habría que ver lo que eres tú-Digo indignado por las palabras del extraño

Me lo quedo mirando, y sonrio.
-Veo que eres una persona un tanto orgullosa.

-No sabes hasta que punto. Tú no pareces gente de bien.-Digo con paciencia

Pensé un poco en la situación.
-Yo... bueno. No soy todo bien, pero tampoco soy todo mal. El equilibrio.

-No eres equilibrio, lo noto en tu mirada y en tu manera de decir las cosas, creo que eres malvado-Asiento firmemente

-No me has ayudado, tu interés no era real, tan sólo mera curiosidad- Digo tranquilo

-¿Y tú qué sabes? -Enarco una ceja.

-Como he dicho, lo he notado en tu voz y tu mirada, además de sonrisa falsa-Digo con suma tranquilidad

-Tal vez te hayas equivocado. -Desvié la mirada. Sentía algo desagradable.

-Tal vez no-Digo con tajante seriedad al ver que desvía su mirada

Vuelvo su mirada a él.
-Puede que sea yo el que me tenga que plantear quién es el malo.

-Plantéatelo, estás a tiempo para cambiar el rumbo de tu vida-Digo con seriedad

Empiezo a reirme.
-¿Mi vida? ¿Por ésto? -Me pongo las manos en los bolsillos. -Tú estás mal.