Admirando la Rosa de nuestra perdición...

*Miro hacia lo alto, hacia el lugar donde reposa la Rosa que fue capaz de detener nuestra guerra. medito por lo bajo.*

Aparezco detrás de una muchacha que estaba cabizbaja.
-¿Estás triste por una guerra acabada?

*Me giro y le lanzo una mirada gelida.*
- Vivo por y para la guerra, no podía ser de otra manera.

Me inclino levemente hacia ella.
-Entiendo.

- Que te trae por aqui forastero? -dije con una sonrisa maliciosa

La miro a los ojos.
-No estaba haciendo gran cosa la verdad. Había oído rumores de que había aquí algo endiabladamente hermoso. -Sonrio. -Si se trataba de vos, creo que acertaron de pleno.
Había algo en ella que no me gustaba nada. Había que ser cortés por si las moscas...

*Suelto una risa baja y gutural.*
- Eres osado para no saber quien soy yo. Pero he de reconocer que sabes tratar a las damas. -digo con sarcasmo.

Una sonrisa falsa pero serena asoma por mi rostro.
-Creo haber oído hablar de vos, pero... no sé si creer que es usted.

- Oh, y que rumores has oido joven? -digo con malicia.

Entrecerré los ojos.
-Azazel, señora del infierno. -Estaba serio. -O algo así oí. Dicen que eres bastante poderosa. -Inclino la cabeza. -Si es que eres Azazel.

*Reí.*
- Puedes intentar averiguarlo.

Enarco una ceja.
-¿Cómo puedo saberlo?

- Tendrás que ganarte las respuestas. -digo maliciosamente. Desenvaino lentamente mi laza.

Retrocedo un paso con una sonrisa.
-No tengo motivos para atacarte.

- Quien dice que tiene que haber una razón? -digo con sarcasmo. Alzo los brazos abarcando todo lo que nos rodea.- Todos los seres vivos luchan. Unos mueren y otros viven. Es la ley del mas fuerte, muchos tan solo lo hacen por instinto. - Acto seguido le apunto con la lanza.- Y te aseguro que el instinto es mi mejor arma.

No me muevo, sigo mirándola con una leve sonrisa.
-Ya veo.
Bajé un poco la mirada, y me fijé en mi espada.
-Entonces... -La desenvainé.

*Mis dientes afilados se mostraron en una malevola sonrisa. Adopte una nueva pose de lucha, apoyada sobre la punta de los pies y con la lanza tras la espalda.*
- Veamos que tal bailas. -dije divertida. A continuación me lanzé sobre el.

Veo como se abalanza sobre mí. Pongo mi espada como escudo y retrocedo unos pasos por el choque.
-Vaya...

*Doy media vuelta, me repongo y me quedo mirandole.*
- Vamos, puedes hacerlo mucho mejor.

Empuño la espada con las dos manos, y voy concentrando energía.
"Tengo que buscar un objetivo positivo para poder esquivar la energía positiva"
Miré a Azazel, y sonreí.
"Me atacó porque sí, eso quiere decir que quiero salvar mi vida... y eso no es malo"
Algo me rodea, como una especie de aura extraña. Sonrio.
-Creo que ya estoy listo.

*Me agazapo como un depredador a punto de ir tras su presa.*
- Bien, ahora veamos si vales la pena.
*Utilizo la lanza como pértiga y doy un salto en el aire, situandome sobre el. Caigo con la punta de la lanza apuntandole.*

Hago ademán te atacar a su lanza para desarmarla.
En el fondo quería acabar con eso pronto, no tenía ganas de pelear.

*Noto su vacilación y esquivo el golpe con soltura. Alzo el vuelo por encima de el y me quedo mirandole.*
- Vaya una pena... -digo negando con la cabeza.- Siento una gran fuerza en ti, pero si no quieres usarla no me sirve para nada.

Empecé a sacar los colmillos.
-Arg...
Tiré el arma y fui a atacarla con las manos desnudas.
Mi lado vampiro estaba saliendo, y no entiendia bien por qué.

*Vuelo más alto y lo esquivo. Sonrio.*
"Esto me gusta más pienso."
*Le embisto por la espalda.*