Entre el hielo

Pensé un poco en lo que dijo. ¿Para qué quiere analizar una planta? Bueno, a lo mejor era su hobbie.
Lo que tenía que hacer era acercarme a ella.
-Oh, eso suena interesante. -Me rio.

Me sorprende la respuesta de él.
-Ah... yo pensaba que esas cosas te aburrían...

Sonrio con falsedad.
-No sabes nada de mí, no pienses nada que no te haya confirmado.
Miré a un lado,y silbé. Al cabo de unos minutos apareció una especie de monstruito.
Sonrei.
-Es mi heink, una criatura de por aquí. Se llama Kasha.

Miro la criatura con gran asombro.
-¡Oh! -Acaricio la cabeza del heink.-Es muy lindo.

Kasha gruñó levemente, pero luego me miró y vio que no quería que la atacara. Así que fingió como yo simpatía.
-Es muy manso.

Mi sonrisa se volvió más amplia.
-Es tan dulce... no sé, no parece que sea salvaje.

Mi sonrisa se volvió cautelosa.
-Lo sé... es... increíble.

Parpadeo, y me lo quedo mirando.
Viendolo con aquel ser, parecía un buen chico. No parecía que fuera malo ni nada por el estilo. Se veia tan dulce...
Suspiré. Era una monada.
-Me dará pena cuando encontremos la planta...

La miro, sorprendido.
-¿Por qué?

Mis mejillas se ruborizan un poco.
-Porque no nos volveremos a ver.

Empiezo a reir.
-Oh, claro que nos veremos, ya lo verás. -Asentí.

Lo miro con los ojos brillosos.
-¿Seguro?

Me encojo de hombros.
-En realidad no lo sé.
Mi heink me gruñe levemente. La planta ya estaba muy cerca.

Suspiro con cierto cansancio.
-Ya veo..

Sonrio con ternura.
-Pero tranquila...
Algo m mordió. Era Kasha.
Se fue corriendo y se dirigió a una planta que estaba semienterrada por la nieve.
-Ahí está la planta.

Me quedo mirando la planta con tristeza.
Recogí una muestra y la examiné.
-Con esto tendré suficiente. -Asentí.

Le sonreí.
-Creo que esta planta la había examinado antes, así que mi viaje no ha servido. -Reí.
Me acerqué a ella.
-Espero que te vaya todo bien.
La besé en la frente y me alejé de allí.

Lo vi alejarse, y mi corazón empezó a acelerarse.
¿Por qué...?
Desvié la mirada, y me fui de alí.