Admirando la Rosa de nuestra perdición...

No me esperaba el golpe, y caigo al suelo, pero rápidamente me recupero.
Me había hecho heridas superficiales.
Miré a Azazel, con la boca abiera, enseñando los colmillos.
-Vaya... -Mi ojo se empezaba a volver rojo como la sangre. -Usando las alas, ¿eh?

*Esbozo una sonrisa malefica mientras le sigo apuntando.*
- todo vale en el amor y en la guerra...

Me concentro y, de un salto, intento alcanzarle en una pierna, y arañarla.

*Me deja un leve arañazo, que se cura a los pocos segundos. Me pongo detrás de el y me rio, observandole.*

Me doy la vuelta. Algo en mi interior se rebela contra mi, y hace que me retuerza de dolor.
-Arg...
"Un poco más..."
Extiendo los brazos, y la miro... no la veía normal.
Sólo veia sus venas.
Fui corriendo a por ella.

*Paro su ataque con la empuñadura de la lanza, alejando la hoja de el.*
- Quieto fierecilla. Te lo advierto, si algún día llegaras a probar mi sangre no vivirías mucho tiempo para contarlo.

Me quedo quieto, jadeando un poco.
Era como si sus palabras las escuchara en sueños.
-Arg... arg...
Me dolía demasiado el pecho.
Caí de bruces e intenté serenarme.

*Le puse un pie en la espalda y me reí.*
- Eres un buen guerrero, pero te pierde la fierecilla que llevas dentro.
*Hice un pase mágico de manos intentando calmar su bestia interior.*

Cerré mi boca, y me centré.
Sentí que un poder me calmaba, intenté dejar que ella canalizara su magia, y así volver al estado normal.
Pasó el tiempo, no sé si fueron segundos, minutos u horas, pero llegó un punto en el que ya estaba totalmente lúcido. Me levanté y la miré, tranquilo.
-Perdón.

*Me siento en una roca cercana.*
- no hay por qué... ya he visto lo que quería ver. -digo sonriendo.

Me empiezo a reir por lo bajo.
-¿Qué querías ver?

- Tu potencial. -digo como si fuera evidente.

Me la quedo mirando.
-Vaya...

- Una siempre vela por la seguridad de su ejercito, y no esta de más reclutar gente.

Me sacudo la manga.
-Ah, me estás utilizando.

- No no no... No confundas la situación. La palabra adecuada es tentando.

((Muahaahahaha))

Desvio la mirada levemente.
-Ya... tentando... a mí sól se me tienta de una manera.

- Soy toda oidos...

Me rio por lo bajo.
-Un ángel inmpuro.

*Suelto una carcajada.*
- Quieres que te consiga un ángel? Solo eso?

Me la quedo mirando.
-No, no quiero tener a un ángel como si fuera mi mascota. -Me acerco a ella. -Digo que sóo un ángel impuro podría tentarme, conseguir algo de mí... sólo se lo permito a ellos.

- Entonces considerame un ángel caido - digo sonriendo.

Enarco una ceja.
-No me referia a esa impureza. -Me rio. -¿O tal vez si?

- Que más dá un demonio compasivo que un angel cruel, al fin y al cabo ambos acabarán matandose entre si.

-Como estúpidas criaturas. -Dije hostilmente.